MONTOYA Y OTÚN - LA NUEVA CARA DE ZZK RECORDS

julio 24, 2019





OTÚN, ELECTRÓNICA RAIZAL DE ORIGEN PEREIRANO

ZZK Records, el sello de música electró-folklorica-tropical, que lleva más de una década apostando por globalizar los sonidos latinos emergentes, lo hace de nuevo: adoptar un nuevo artista que quiere conquistar Latinoamérica. En esta ocasión, al colombiano Jhon Montoya y su trabajo titulado “Otún”.

Debo decir que este músico, lo escuché hace apenas unos meses y me atrapó.  Una tarde, en la que no solo quería oír canciones inéditas, sino encontrar nuevos artistas; y en una gran casualidad, apareció en mi playlist Cumbia de Piedra, un tema donde los sonidos orgánicos y las animaciones hechas a mano convergen a profundidad, siendo este el primer acercamiento al universo sonoro de Montoya, que logró ponerle color a ese día.



Como es común en esta época, la unión de beats globales con elementos y voces raizales, son una combinación ganadora. Es un deleite auditivo escucha a Montoya interpretar el violín, el cual se ha convertido en su gran aliado desde que decidió sumergirse en el mundo musical. Aunque es percibido como un instrumento complejo -y lo asociemos principalmente a la música de orquestas sinfónicas y grupos de cámara- el pereirano lo ha sabido incorporar en esta propuesta, siendo uno de sus atractivos principales.

Debo confesar, que “Mohs” –del año 2013- es uno de mis CDs preferidos. Tal como lo dice la descripción de este trabajo, y para entender mejor sobre qué trata <> Puede parecer complejo lo que acabaron de leer, pero Montoya logra simplificarlo y traducirlo en una serie de sonidos característicos de las piedras; como ‘Talco’ y ‘Cuarzo’ que son también el nombre de dos de sus temas.



Precisamente esa dureza que plasmó el científico en su escala, es la historia de la vida; que se asocia a esos diez estados de los minerales en nuestras diferentes etapas. Somos seres que sufrimos de manera constante alteraciones, deformaciones, modificaciones (...) como las rocas. Es una teoría contada a través de una perspectiva melodiosa; toda una razón de ser la de este trabajo –disímil a lo que estamos acostumbrados a escuchar- que sin duda vale la pena contemplarlo.

Seguidamente, ahondando en la discografía de Montoya, me encontré con “Iwa” (2015), donde en 8 temas, aparecen grabaciones selváticas que parecen extraídas de rituales chamánicos; manteniendo su esencia, pero a su vez explorando nuevas identidades sonoras. Me atrevo a decir que desde ese momento, se catapultó como uno de los primeros músicos en fusionar sonidos electrónicos con cultura ancestral en Latinoamérica.

Como lo había hecho en “Mohs”, en “Iwa”, vuelve a desarrollar un disco a partir de una temática. En esta ocasión, nombró cada canción de acuerdo a elementos autóctonos. Por mencionar dos de estos temas: Antumiá, que según la tradición oral embera (pueblo amerindio que habita en zonas el Pacífico) es un ser mitológico que tiene forma de hombre, pero similar al oso perezoso y se encuentra vinculado al agua. También está Quincha, un material -tradicional de Sudamérica y Panamá- usado en construcción, que consiste en un entramado de bambú recubierto con barro.



Quizá nunca me había puesto a pensar lo complicado que puede ser bautizar una canción, porque define una serie de aspectos del trabajo a mostrar también del artista y por qué no, del significado de la lírica, en caso de tenerla.
Por eso, encontrarse ante estos detalles, resulta un deleite. Más porque hoy en día los títulos de las canciones se piensan en función de quedar grabados en la memoria de los oyentes, haciéndolos fáciles, cortos, con un significado laxo. Pero de eso, hablaré en una próxima ocasión.

Hay algo más que debemos hablar respecto a ‘Iwa’ y es que Jai fue el tema que más me llamó la atención, por ser también el intro de ‘Otún’, canción del nuevo disco, del cual hablaremos más adelante. Esto resulta un claro ejemplo de lo que escribí unas líneas atrás, sobre la evolución que se puede percibir en las creaciones de Montoya. Un artista recurrente a evocar ritmos del pasado, balanceándolos con nuevos elementos que ha incorporado en su propuesta presente.

Ahora bien, vamos a hablar de ‘Otún’, sobre el cual quería escribir desde que se lanzó. Es una concepción artística diferente, o al menos, eso se percibe al escucharlo. Hablar de este disco, es hablar –en mi opinión- de uno de los más interesantes en lo que va de este 2019.

Es la mezcla en porciones exactas de la latinidad raizal del músico, junto con su compromiso y entrega por el arte, además de sus vivencias por territorio europeo. El resultado: 11 tracks bien logrados. Todo un rompecabezas con distintas formas, que al final encaja de manera perfecta.

‘Perla’ fue el abrebocas y el primer tema que pude escuchar de este trabajo -que se encuentra en distintas plataformas musicales y vinilo-. Quizá mi parte favorita es la marimba que se compagina con los beats electrónicos, haciendo que sea toda una joya. Además la animación gráfica del vídeo (dirigido por el italiano Emanuele Kabu)  le da vida, impacto, movimiento y me dejó con ansias de escuchar los demás temas.

Las dos colaboraciones más relevantes son precisamente con mujeres colombianas. De hecho el primer adelanto del disco fue ‘Solo quiero’ junto a Pedrina, que quizá es la nota más diferencial entre todas las canciones. La voz tan característica de la bogotana, el vídeo, la letra, hasta el típico ritmo moombathon, o mejor conocido en el reguetón, marcan un punto diferencial, lo cual es otro acierto. El componente femenino también se hizo presente con Nidia Góngora, a quien ya conocemos por enaltecer la cultura musical colombiana, cantándola a todo pulmón. ‘Otún’ habla del alabao y lumbalú, que son rituales funerarios característicos del Pacífico colombiano y San Basilio de Palenque respectivamente, donde se realizan bailes y cantos  (en lengua palenquera) con el fin de expresar el dolor por la partida del ser que se está velando. Una tradición declarada por la Unesco como Patrimonio Intangible de la Humanidad.


Cada track tiene un trabajo minucioso. Tatacoa, es inesperado, una especie de ´techno árido´, que hace alusión a la extensa zona desértica de 330 kilómetros cuadrados –ubicada en el departamento de Huila, Colombia- sonando a cascabeles de serpiente, beats sonoros contundentes y un componente instrumental, que lo convierten en el tema diferencial dentro de ‘Otún’ –que en lo personal- podría ser el eje de exploración para un próximo EP, donde resalte lo electrónico.

Techno, flautas, percusión, cantos autóctonos, son una combinación que nos deja un buen sabor, una explosión de relatos internos salieron a relucir con una producción impecable. Montoya equilibra madurez, conocimiento e ideas; no obstante prefiero sus inicios, donde lo clásico lo diferenciaba, porque no hay muchos artistas con la fascinación, disciplina, aprendizaje y tendencia constante hacia el placer estético y las sinfonías de hombres como Vivaldi, Mozart o Schubert. Globalizar sonidos es válido, solo espero que no caiga en la repetición de algunos músicos que quieren innovar y caen en el error de volverse repetitivos.

Favoritas/Recomendadas: 

1 - Perla 
2- Solo Quiero
5 – Otún

7 – La Pastora

10 - Pasillo







You Might Also Like

0 comentarios